miércoles, 9 de octubre de 2019

Antonio Reyes Zurita: Hombre, miedo y heroísmo


*“Cuando un fusil me apunta, la cámara me pesa”, revelaba el laureado corresponsal de guerra, quien fue bolero, linotipista y fotógrafo del Ciclón del Sureste




Voceador de periódicos por necesidad, bolero que intercambiaba boleadas por datos para sus notas informativas, linotipista e incipiente aprendiz que a los 15 años fue fotógrafo oficial del legendario “Ciclón del Sureste”, a sus 47 años, 25 premios (siete nacionales de periodismo, ocho internacionales, dos mundiales y dos locales, entre otros) sintetizan 42 años de valor, miedo, profesionalismo y heroísmo de Antonio Reyes Zurita.

Retratador de la historia en varios conflictos bélicos de la tierra, el reportero gráfico de Excélsior, nacido en Tierra Colorada, Macuspana el 9 de octubre de 1940, narró en 1992 sus inicios en el oficio.

Me inicié voceando los semanarios de la época porque no existían diarios: El Espía, El Gallo y el Hijo del Garabato de don Trinidad Malpica. En la transición del gobierno de Manuel Barttlet Bautista al de Miguel Orrico de los Llanos, nació el diario “Rumbo Nuevo” de corte “semi oficial” bajo la dirección de Antonio Ocampo Ramírez y Manuel Antonio Zurita Oropeza, ahí fue donde empecé a hacer mis pininos como reportero.

En esos tiempos Reyes Zurita aún no sabía escribir en máquina y su primera nota la hizo en dos horas y con letras mayúsculas. El jefe de Información, Alfonso Hernández quien firmaba su  columna como “El Lunático”, se molestó y le dijo que eso no servía y la tiro al cesto de la basura.

Lloré de rabia e impotencia pero gracias a eso aprendí, y al poco tiempo no solo escribía en máquina, sino que hacía notas en linotipo.

Don Florentino Hernández era el administrador y me daba tres pesos por nota. Cuando estaban buenas, hasta cinco pesos, pero... sentía que a mis notas les faltaba algo más real, que completara el trabajo y ahí, nació la idea de la fotografía.

LA PRIMERA CAMARA

La primera cámara fotográfica se la compré a don Jaime Domínguez que tenía una papelería en 27 de febrero; me costó 60 pesos. Le di 20 o 30 pesos por la cámara Adox, y el resto no sé en cuántos periódicos.

Vendí esa y en 1955 compré una Bronnie Fiesta en la Casa Granados en 150 pesos, porque tenía flash, cuando tenía 15 años de edad. En la noche en la escuela y en la mañana a repartir suscripciones de Rumbo Nuevo, en una bicicleta que me regaló don Antonio Ocampo.

Me levantaba a las 4 de la mañana y a las 7 ya había terminado, a las 8 entraba a la secundaria y salía a la una o dos de la tarde. Tomaba mi cajón de bolear y me dirigía a los Ministerios Públicos a reportear la nota roja. Ahí conocí a Chemita Peralta, Antonio de la Torre, José Manuel Olivé, Sergio Alvarez Morales, Víctor Sol Casado, entre otros.

Solicitaba datos para la nota, pero ellos en son de broma, me decían que si les boleaba si me los daban. Y así hacíamos trueque de boleadas por notas informativas. Dejé la boleada y de repartir suscripciones.

Carlos A. Madrazo ya andaba en campaña para la gubernatura de Tabasco...

NACE UN DIARIO

En la campaña política de “El Ciclón del Sureste” nació el Diario de Tabasco bajo la dirección de Luis C. Márquez y el diario Rumbo Nuevo, pasó a segundo término. Reyes Zurita se integró al equipo del Diario de Tabasco hasta que en 1958 empieza a dar adelantos de noticias en la XEVT, en un intercambio con don Aquíles Calderón Marchena: la estación proporcionaba el tiempo y el diario anunciaba la estación. En septiembre de 1958 nace Telereportaje y es uno de los fundadores con notas policíacas, pero Madrazo lo quiere como fotógrafo y sin pensarlo dos veces acude:

Por medio del secretario de Gobierno, Manuel Gurría Ordóñez, me nombran fotógrafo oficial del licenciado Madrazo y sigo escribiendo notas para Diario de Tabasco. Madrazo viaja casi solo a cualquier lado, lo acompañé casi siempre por la foto y la nota.

En 1959 nace el diario Presente que se editaba en la compañía Editora del Sureste de don Francisco Sumohano Heredia. Salgo de Diario de Tabasco y entro a Presente, tardo un año y renuncio para fundar un semanario llamado El Detective, de notas y deportes. Duró dos años...

RUMBO AL DF

En junio de 1961 Reyes Zurita decide vender todo: laboratorio, algunas cámaras y una bicicleta y con 4 mil 500 pesos se lanza a un destino incierto a la Ciudad de México. Pide permiso por tres meses al gobernador Madrazo. Lleva presente que tomó un curso por correspondencia de Investigador Experto en Criminalística, pagado por el gobernador Orrico de los Llanos cuyas materias aún memoriza: servicio secreto, dactiloscopia, psicología criminal, medicina legal y derecho procesal.

Buscará a sus amigos del Ministerio Público en la capital. Allá se encuentra con el licenciado Nicolás Reynés Berezaluce que es subsecretario de Investigaciones de la Procuraduría de Justicia del DF y a los 15 días ya estaba trabajando, lo que le motiva a seguir el curso de investigador que culmina en cuatro años. Sólo laboró 6 meses en la Procuraduría e ingresó al primer diario nacional: Novedades.

Llevé dos recomendaciones: una carta personal del licenciado Madrazo para el director Rómulo O' Farril de quien era asesor y mis archivos de Rumbo Nuevo, Diario de Tabasco, Presente y el Detective. Me aceptan e inicio en el periódico de la tarde como reportero. Tuve problemas y a los seis meses renuncié. Me pusieron a disposición de Novedades.

Había muchos suplentes y como sabían que también tomaba fotos, me enviaron al departamento de fotografía. Mi primer encargo fue cubrir una fuga de reos en Lecumberri, luego me volvieron 2 años notero de sociales y deportes. Durante ese tiempo abandoné la fotografía.

En Novedades alterné con Raúl Velasco, Guillermo Ochoa, Rita Ganem, Leopoldo Borrás y otros. Por envidias tuve broncas con el jefe de la sección de sociales y casi me corren, con la consigna de que si quería seguir sería en fotografía. Ahí duré como subjefe cinco de los 10 años que trabajé en Novedades.

Cubrí la matanza del 68 cuyas fotos nunca se publicaron. Fue mi primer contacto con el miedo y la muerte. Al inicio de la balacera tomé fotos de francotiradores que estaban en el hotel Majestic. Recuerdo que todo se inició a las 6:30 de la tarde y terminó pasado las 2 de la mañana.

El ejército me detuvo y quisieron quitarme los rollos. Me identifiqué y dije que arreglaran las cosas entre el director del periódico y el secretario de la Defensa. Así se hizo con la condición de que entregara los rollos a la dirección. A las dos horas me soltaron.

Al día siguiente cubrí el abanderamiento de la delegación mexicana que competiría en las Olimpiadas, un día después cubrí la llegada de la antorcha olímpica a Veracruz y al otro día en Jalapa me atacó una crisis nerviosa por todo lo vivido. Fue mi bautizo...

EN EL EXCELSIOR DE SCHERER.

Posteriormente Reyes Zurita acude al lugar de su consagración definitiva: Excélsior. En mayo de 1971 llega al diario de la vida nacional y encuentra a Pepe Reveles (ex compañero en Novedades) y pregunta por Memo Ochoa que le había prometido ayuda para entrar el Excélsior. Reveles le da un consejo: “A Julio Scherer no le gustan los recomendados, aviéntate solo”. Y solo hace antesala 20 minutos en la oficina del director de Excélsior. Lo recibe muy entusiasta. Le habló al jefe de fotógrafos y le dijo secamente: “este es el que dicen que es muy buen fotógrafo de Novedades, dale tres meses de oportunidad y si no sirve ¡mándalo al carajo!

HALCON DULCE, ES DE LOS NUESTROS

Dos fuertes palmadas en la espalda (como acostumbraba Scherer) y a los 10 días de haber llegado (1 de junio) debuté cubriendo la matanza del “Jueves de Corpus”, el 10 de junio de 1971. Como era primerizo en el diario me mandaron donde supuestamente no habría peligro, la calzada de San Cosme, pero resulta que ahí fue la bronca.

Ahí vi venir a varios jóvenes con varas en las manos, y los rostros cubiertos quienes agredieron a los  maestros manifestantes, comencé a tomar fotos, y al ser descubierto por quienes posteriormente supe era el denominado “Grupo Halcón”, corrí a refugiarme a una de las pocas tiendas que quedaron abiertas en la zona, ahí iba a ser atacado por uno de ellos, cuando se escuchó un grito “Halcón dulce, es de los nuestros, déjalo ir”, era un agente de Gobernación, a quien conocí en los tiempos que laboré en la Procuraduría del DF.

El “Halcón” de inmediato bajo la vara, al voltearme a ver gritó “pero que se vaya mucho a...”, por lo que corrí como desesperado, hasta que cuadras más adelante escuché un chiflido conocido, era un grupo de compañeros que venía en un carro, al cual logré introducirme por la ventana.

De los 8 fotógrafos de Excélsior sólo yo pude sacar fotos de la agresión, los demás  perdieron rollos y cámaras. Mis gráficas sirvieron para desmentir a la parte oficial, que decía que no existían los Halcones.

Hubo protesta generalizada de los editores de los periódicos por la agresión a la prensa. Al día siguiente todas las fotos que aparecieron publicadas en todos los diarios son mías con crédito a Excélsior.

Huyendo de las balas y palos debuté en Excélsior...

ALEMANIA, CANADA, MOSCU

El primer encargo a nivel internacional para Reyes Zurita fueron las Olimpiadas de Múnich, Alemania en 1972, cuando el grupo terrorista palestino masacró a varios atletas israelíes. Sólo pudo tomar muy pocas fotos del suceso por las medidas de seguridad que se implementaron. Regresó a Alemania en 1974 para cubrir el Mundial del Futbol. En 1976 cubrió las Olimpiadas de Montreal, Canadá, y luego en 1980 las de Moscú, en la entonces Unión Soviética. En 1979 fotografió un accidente de aviación que le generó su primer premio nacional de periodismo: Estaba comprando mi boleto en el DF para Monterrey donde cubriría un partido de futbol y de repente escuché un fuerte ruido.

Dejé mi maleta y cámara en mano acudí al lugar. Era un avión de Western que venía de Los Angeles y se incrustó sobre un camión materialista. Llegué cuando la gente todavía alcanzaba a salir de la nave envuelta en llamas. Fue horrible aquel 31 de agosto de 1979.

CENTROAMERICA, Y MEDIO ORIENTE

 De 1977 a 1979, desde la “ofensiva final”  hasta la caída de Somoza, Reyes Zurita cubrió la guerra de Nicaragua. Observó como un guardia de la dictadura de Anastacio Somoza asesinó al reportero norteamericano Steward, ante las cámaras de televisión. Acción que “Tachito” quiso adjudicársela a los Sandinistas, pero que la TV desmintió al exhibir las escenas al mundo. Ese fue el asesinato que aceleró la caída del dictador centroamericano.

El 30 de marzo de 1980, Reyes Zurita cubrió la masacre efectuada en la catedral de San Salvador, en la capital salvadoreña, fecha del sepelio de monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado por la ultraderecha salvadoreña. Esas fotos le significaron 6 premios: dos nacionales (el oficial y el del Club de Periodistas) dos mundiales otorgados en Amsterdam, Holanda, por una fundación denominada “Ojo de Oro”; uno por la Unión de Periodistas Latinoamericanos en Europa (entregado en la antigua Checoslovaquia) y otro de la agencia EFE de España.

En 1981 es enviado a Egipto y por circunstancias del destino, presencia la muerte del entonces presidente Anuar El Sadat, durante un desfile militar. Frente al estrado se detiene un vehículo, bajan dos hombres armados, acribillan al presidente y parte de la comitiva, salvándose el ahora ex presidente Mubarak, lo que no descarta que este haya ordenado la ejecución, según la óptica de Reyes Zurita.

Ese mismo viaje lo lleva a Líbano, Iraq e Irán “donde es difícil trabajar periodísticamente, pues las bombas caen por doquier y no hay líneas de fuego”. Ese viaje duró dos meses.


LOS DOS MIEDOS: QUEDAR MAL O MORIR

Desde que sales del periódico vas con dos miedos: quedarle mal al periódico o quedar muerto, narró Reyes Zurita y cuenta su experiencia del 16 de marzo de 1984 en el poblado Suchitoto de El Salvador cuando al quedar un grupo de reporteros a dos fuegos cruzados, pensaron: “todo ha terminado para nosotros”.

Nos avisaron que había un combate a 60 kilómetros de la capital salvadoreña. Encontramos al ejército y nos fuimos tras ellos creyendo que avanzaban, cuando realmente se replegaban. Quedamos en medio de la guerrilla y el ejército 12 reporteros. Había de la NBC, de la CBS, del New York Times, de la BBC de Londres y Newsweek. Las balas zumbaron y todos pecho a tierra. De ambos lados llovían las balas. De repente una alcanzó al compañero de Neesweek, John Hooglan de 38 años. Murió al instante. Entonces uno piensa: ¿hasta aquí llegue? ¿Seré el próximo?... pero aun así tomé las fotos. La balacera duró dos horas que a mí me parecieron un siglo.

Durante la matanza de El Salvador en el sepelio de monseñor Romero, tuve miedo hasta después de la masacre, cuando todo pasó. Durante la invasión de Panamá me dieron por perdido tres días, creyeron que me habían secuestrado pero lo que pasó es que toda comunicación estaba cortada.


PANAMA Y NICARAGUA

Comisionado durante 15 años a la dirección general de Excélsior para trabajos especiales y de último momento, Antonio Reyes Zurita cubrió la invasión a Panamá y la entrega de las armas de la Contra, así como el triunfo de Violeta Chamorro en Nicaragua.

Iniciada el 20 de diciembre la invasión yanqui a Panamá, el 24 de diciembre el fotógrafo tabasqueño encontró este cuadro: Había un ambiente de hambre y suciedad, carne quemada, destrucción, olores nauseabundos, gente desesperada, y otros aplaudiendo al ejército invasor como en Penenomé, donde hubo liberación de presos políticos, quienes gritaban ¡por fin una Navidad sin Noriega!... Había escasez de alimentos, mucha violencia, muchos robos perpetrados por la gente de Noriega. En la noche sin verlos, se escuchaba el ruido de los aviones y luego la caída hasta de 500 paracaidistas, todos camuflados, como si fueran árboles vivientes.

Ante esa superioridad, el ejército de Noriega entregó las armas y algunos las venden ante las tropas invasoras. La radio que al principio de la invasión se volvió clandestina con llamados a la liberación, se entrega al enterarse que Noriega está refugiado en la Nunciatura, y no se ha disparado ni un tiro. En tres días los norteamericanos controlan la capital y en seis todo el país. Noriega no tiene escapatoria...

Reyes Zurita había viajado en una avioneta, acompañado de la periodista Rita Ganem, hasta la frontera entre Panamá y Costa Rica. En la aduana se tardaban en revisar y autorizar su ingreso. Rita Ganem decidió adelantarse. En el Chiriquí fue secuestrada. A ella y sus camarógrafos les robaron todo.

Reyes Zurita tomó sus precauciones y se internó en territorio panameño con dos cámaras escondidas bajo la chamarra. Logró excelentes imágenes... únicas.

Desde la ciudad de Panamá, narra que un compañero Luis Humberto González -quien luego colaboró en La Jornada-- le revelaba sus rollos y transmitía sus fotos.

La entrega de las armas de la Contra es la culminación de 13 años de guerra en Nicaragua, la cual según estadísticas dejó más de 125 mil muertos de 1977 a 1990, año en el que los sandinistas perdieron el poder por medio de los votos ante la Unión Nacional Opositora (UNO) que encabezó Violeta Chamorro.

Sentí alegría y tristeza, porque ¿para qué llegar a todo esto? Yo creo que los sandinistas perdieron el rumbo, se volvieron soberbios y durante 10 años se la pasaron mentándole la madre a Estados Unidos, 10 años de hablar de armas y lo que menos le gustó al pueblo: el servicio militar obligatorio. El pueblo se cansó de guerra, hambre y pobreza y si aguantaron, fue por la ayuda del exterior como la de México. El pueblo que los apoyó contra Somoza les dio la espalda. La guerra aniquila al más débil y en este caso, Nicaragua lo era ante Estados Unidos.


LA FOTOGRAFIA Y EL PODER

En términos generales Reyes Zurita opina que existe cierta discriminación hacía la fotografía como género. Esto es patente en la actitud de los poderosos: “muchos de ellos consideran al fotógrafo, como periodista de segunda”. “Pero cuando has logrado un nombre –el político o su jefe de prensa-- está siempre pendiente si la foto lo beneficia o lo perjudica... o todo lo contrario”, añade festivo.

Luis Echeverría, José López Portillo y un poco Miguel de la Madrid son los políticos más “posadores” que he conocido. Eso en el ámbito nacional; de la pléyade de figuras de la política mundial que la lente de Reyes Zurita ha plasmado, ninguno es tan patentemente ególatra como Fidel Castro.

De los políticos tabasqueños el más vanidoso que conoció es al ex gobernador Enrique González Pedrero, con quien tuvo alguna fricción cuando estuvo al frente de la administración estatal.

Al respecto Reyes Zurita recuerda: “En cierta ocasión el reportero Armando Sepulveda y este servidor fuimos enviados aquí a Tabasco para entrevistar a algunos líderes petroleros y armar un reportaje sobre el tema; era a mediados del régimen gonzalezpedrerista.

En esas estábamos cuando nos enteramos que había problemas serios, enfrentamientos, por lo del Pacto Rivereño. Así que nos fuimos a la zona del conflicto y efectivamente, llegábamos apenas y la violencia iniciaba. Los del pacto habían cerrado pozos y bloqueado algunas carreteras, así que la fuerza pública arremetió contra ellos, repartiendo golpes y lanzando gases lacrimógenos. Yo tomé fotos y las mandé a Excélsior. Aparecieron publicadas al día siguiente.

Días antes habíamos solicitado una entrevista con el gobernador, pero ni respuesta nos habían dado. Pero al publicarse las fotos, González Pedrero nos mandó a llamar, aunque era sábado. Se realizó la entrevista y para aclarar lo del Pacto Rivereño nos remitió con el procurador Rubén Dario Vidal Ramos, a quien yo conocía. Este nos aseguró que no pasaba nada, que fuéramos a comprobarlo, que podíamos ir a donde quisiéramos. Nos asignó para ello una unidad y un chófer.

Para esto ya era domingo. El conductor me preguntó ¿a dónde vamos?, a la cárcel, le contesté.

“Nos fuimos directamente a las celdas. Había alrededor de 20 detenidos como implicados en los disturbios ocasionados por los bloqueos. Tomé mis fotos y las mandé al periódico. Al otro día les dieron primera plana...”

-¿Consecuencias?

-Negativas, en lo personal, ninguna, algún reclamo nada más. Pero me dijeron que las fotos sirvieron para que los detenidos fuesen dejados en libertad y para apresurar la solución del conflicto. Si fue así ¡qué bueno! Aquellas fueron fotos de denuncia.

PUEDO PERDER LA VIDA, PERO NO LA FOTO

“Cuando un fusil me apunta, la cámara me pesa”, revelaba. “La noticia no tiene hora ni palabra de honor. No es Dios, pero puede aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar y el reto es salir a cazarla”, exponía.

Ser un buen soldado de la lente también tiene su precio. Hay que sacrificar compromisos familiares, días de descanso, días “festivos”, vacaciones. Este reportero gráfico siempre pagó por adelantado: “Puedo tener miedo, puedo perder la vida, pero no la foto”, decía.

“En nuestro pueblo (Tierra Colorada, Macuspana) no había parque. Construyeron uno, y mis paisanos le pusieron mi nombre”, narraba orgulloso.

LOS PREMIOS

A lo largo de su carrera Antonio Reyes Zurita obtuvo siete premios nacionales de periodismo en fotografía y uno especial en el género de crónica, además de haber recibido premios internacionales en Puerto Rico, Holanda, Argentina, España y la antigua Checoslovaquía.

En 1984 la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) lo hizo acreedor al premio “Juchimán de Plata”, en la categoría de medios de comunicación.

En octubre de 1996 el comité del premio “José Pagés Llergo”, lo distinguió con otro galardón más a su trayectoria.

En mayo de ese mismo año, bajo el patrocinio de Excélsior, presentó su libro “El Poder del Papel ¿Yo Quijote?”, en el que narra un sinnúmero de experiencias y anécdotas vividas en más de 4 décadas detrás de las cámaras fotográficas.


** Entrevista publicada el 7 de junio de 1992, en el "Semanario Perspectivas", por el periodista Armando Guzmán Zurita








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